En Kiru-Do se disponen de técnicos cualificados y capacitados de poder dar clase a personas con diferentes diversidades funcionales, adaptándose a cada situación, ya que cada caso requiere de un cuidado diferente.

Para ello se seguirá un estricto programa, contemplando el temario específico de tecnificación de los diferentes niveles existentes para entrenador, donde previamente se realizaría un estudio de cada situación con el fin de integrar al socio/a a las clases, procurando que él/ella no llegue a percibir esa adaptación y logrando así la inclusión al 100%.

No es lo mismo que el/la karateka disponga de una afección física (como podría ser una silla de ruedas), de una afección psíquica (como el síndrome de Down) o de una afección visual, hecho que se consta en el logotipo de la Federación Española de Karate y Deportes Adaptados.

Es por ello que, como se mencionaba anteriormente, cada caso requiere de un tipo de actuación y plan, y en Kiru-Do se dispone del personal cualificado para ello.

Aparte, no solo se estudiaría la inclusión del karateka o la karateka, sino que se primaría que los ejercicios propuestos nunca vayan a favor de poder provocarle lesiones por un mal planteamiento.